Bueno, pues aquí viene la crónica del fin de semana que acabamos de pasar. Dos citas en un breve intervalo de tiempo y, como siempre, sin apenas tiempo para ensayar. ¡Nos vamos superando!.
La primera, en BEZAS, se presenta prometedora debido a la cercanía existente entre el pueblo y Teruel, y a que es jueves y difícilmente nos “eclipsará” otro evento en otro sitio. El recibimiento en el pueblo no puede ser mejor: cerveza y bocadillo de jamón al canto (que fáciles somos de contentar xD). El ambiente se presenta animado y mientras montamos, van apareciendo caras conocidas; muchas gracias a tod@s los que pudisteis venir. Como venís sorprendiendo últimamente, también hubo aparición espontánea. Esta vez el encargado de ponerle toque especial al concierto fue Villalba, saliendo, cual saltimbanki, atabiado con zancos y tirando confeti. ¡Te lo curraste, gamburrián!. Los que tuvimos la suerte de poder quedarnos después del concierto, comprobamos que en Bezas todavía quedaba fiesta para rato. Es de agradecer el trato de la gente y, sobretodo, la atención de Jorge tanto durante el concierto como en los preparativos previos.
Pasó el jueves, llegó el viernes (día que yo, particularmente, pasé en el curro agonizando) y finalmente: el sábado. Hoy a la furgo del padre de Juan le toca viajar hasta GRIEGOS. Al poco de salir de Teruel, nos percatamos de que el cielo no nos lo iba a poner nada fácil. Curva tras curva nos vamos dando cuenta de que nos adentramos en la boca de la tormenta. Durante el viaje degustamos un variado menú consistente en lluvia, relámpagos, truenos, granizo y viento. Aún con todo, decidimos seguir por el camino de las baldosas amarillas buscando la luz del Lorenzo. Para nuestra sorpresa, al salir de la última curva, justo antes de llegar al pueblo, emergió un poco de luz por un resquicio entre las nubes que nos hizo creer que la lluvia no iba a estar allí esa noche.
Esperando a que llegara David de trabajar nos convencimos definitivamente: el cielo no daba tregua. Parecía que el concierto se iba a cancelar. Fuimos a cenar las delicias que nos esperaban en “casa Merenciano” y tras hablarlo, decidimos buscar alternativa para poder tocar. Y ésta consistió en habilitar lo mejor posible un local que nos brindaron, montar allí y ¡liarla!. Lo que parecía una noche de concierto cancelado, terminó saliendo a gusto de todos. Salimos muy contentos y esperamos que la gente de Griegos lo pasara bien; muchas gracias a tod@s los que quisisteis pasar un buen rato con nosotros.
Terminar como siempre, agradeciendo a toda la gente que, de una u otra manera, quiso dedicar parte de su fin de semana a pasarlo junto a nosotros. A los que, tanto en organización, carga/descarga, cenas y demás, nos apoyaron: GRACIAS.
Ahora esperaremos la próxima ocasión para Bourbonear y pasarlo en grande juntos.
Un fuerte abrazo. Vuestros, Bourbon Jar.